15 de noviembre de 2010

De 12 sólo 2

"Pero los hombres que subieron con él dijeron: No podemos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros" Números 13:31

Cuando leo esta historia, me he visto reflejada no en la actitud de Caleb y Josué, muy por el contrario y vergonzozamente tengo que admitir, que me vi reflejada en la actitud de los otros diez. Y es que unos de los grandes problemas que tenemos como cristianos es tomarnos atribuciones que no nos competen, no entender y por ende no poner en práctica las instrucciones dadas por Dios, y es que muchas veces nisiquiera nos preocupamos por entender y comprender primeramente lo que Dios realmente quiere.
El pueblo de Israel no entendió la naturaleza real de lo encomendado, ellos suponieron que Dios les había dado la autoridad para decidir si la misión era factible o no. Al leer cada uno de los argumentos que presentan los 10 para justificar su deseo de no ir hasta ese lugar, puedo notar algo en común conmigo misma y es el hecho de que en las cosas de Dios muchas veces apelamos a nuestra mente humana a darle lógica a las cosas para evitar hacer las cosas que Dios nos pide y no comprender de una vez por todas que la vida espiritual no se basa en la lógica, muy por el contrario, la lógica es un estorbo para las cosas de Dios.

La función de los doce no fue saber si la conquista era factible o no, yo imagino que Dios deseaba animar sus corazones haciendoles reconocer esta tierra y ver las maravillas que les esperaban en la promesa que Dios había dado a sus padres, es como si vieramos por foto Disney Landia antes de ir, woo estaríamos entusiasmados, pero nuestro error es nuevamente evidente ver las dificultades, antes que las bendiciones, y es por eso que muchas veces como cristianos vivimos una vida de frustración.

Y saben que es lo terrible de todo esto, que este error les costó a una generación entera la entrada al lugar reservado para ellos. Ahora yo te pregunto, cuantas bendiciones estas perdiendo por darle lógica a las cosas de Dios, y ante las circunstancias ver primero las dificultades antes que las bendiciones y finalmente atribuirte algo que Dios no te ha pedido que hagas.

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