4 de noviembre de 2009

El tiempo no todo lo cura

En una ocasión, siendo niño, iba en el coche con mis padres y mis hermanos de viaje a algún lugar que no recuerdo. Lo que sí retiene mi memoria es que en el radiocasete sonaba una cinta del cantautor Luis Alfredo, uno de los “gritos” de los 80 en música cristiana sobre banda magnética (nos hacemos mayores). Concretamente la canción que sonaba era “Cuento de hadas” (Creo, 1979) y describía cómo cambiaba la percepción de alguien sobre las cuestiones eternas a medida que pasaba su vida.

Recuerdo que mi padre me comentó que cuando uno es niño o joven suele estar más dispuesto a aceptar la realidad de un Dios omnipotente y a escuchar lo que la Biblia dice de este, pero cuanto más mayor se hace el ser humano, lo que antes podía inquietar tanto su mente y pensamiento, puede volverse un simple cuento de hadas. Así que ahora entiendo por qué la estadística revela que la franja de edad en la que se dan más conversiones al cristianismo es la que va desde la adolescencia hasta los 25 años aproximadamente. También comprendo ahora por qué Jesús decía “si no os hiciereis como uno de estos niños…”.

En cualquier caso, mi intención no era hablar sobre el tiempo propicio para la comprensión de la Verdad (que más que del tiempo, es de la voluntad de Dios), sino precisamente de aquellas personas que creímos auténticamente pero que el tiempo ha podido desgastar parte de nuestro ímpetu en llevar a cabo las consecuencias de la fe.

Un día creímos y vivimos; nos levantamos y hablamos; caminamos firmes y constantes con alegría y gozo, como si quisiéramos avanzar en el tiempo para llegar al final. Como si lo bueno estuviera al final de nuestro camino (que lo está). Como si Él nos esperara en la línea de meta. Levantábamos los ojos buscando un Dios que nos mirara, buscábamos en la intimidad el refugio perfecto para estar junto al Padre. Pero el tiempo pasa.

La oración dejó de ser nuestro oficio y se tornó un sacrificio. Nuestros suspiros se volvieron soplos de pesadez. La palabra de Dios pasó de ser nuestro desayuno a la dormidina que tomamos antes de acostarnos. La aventura se perdió y el sopor llegó, ahora la rutina es nuestra distracción.
Los domingos por la mañana ensayamos aquello que debiéramos ser entre semana y de lunes a sábado soñamos en repetir lo que un día fuimos. ¿Acabaremos diciendo como nuestros padres los tiempos pasados fueron mejores? ¿Vamos a cambiar la esperanza de la gloria futura por la nostalgia de una emoción pasada?

Así como el enamoramiento da paso al amor, también el creador se abrió paso a la Cruz, y también nosotros debemos dar paso al compromiso. Al compromiso de buscar las obras del principio, al compromiso de amar por encima de todas las cosas a nuestro único y sabio Dios, que es desde siempre y para siempre, amén.

Tanto si somos niños, como jóvenes, como grandes o mayores ¡vamos! Porque nada hay más importante en esta vida que conocer al que nos la dio.

Dani Pujol
Venga Tu Reino

1 comentario:

Liz dijo...

Que excelente mensaje! y megusto mucho la pequena historia tambien. Dios esta para todos, lo aceptemos o no, queramos verle o no, nos cuida, proteje y ama.. siempre nos da oportunidades para volver a El cuando nos hemos apartado del camino correcto y Su Amor nos da vida y felicidad abundante.. Estoy de acuerdo contigo.. no hay nada mas importante que conocer y honrar a nuestro Padre celestial
:)
Me gusto mucho el post! n.n
Espero que no te moleste que deje tan solo un pequeno mensaje, una oracion. Muchas gracias..
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Hola, espero que Dios les bendiga y llene de alegrías el corazón de todos. Esta oración ha sido de gran ayuda para mi mamá y para mí en los últimos días; y con este gesto cumplo mi parte de la promesa. La comparto con ustedes y deseo que a todos les sirva igual que a mí, tan solo háganlo con fe, y les puedo asegurar que Dios actuara en sus vidas y no dejara sin escucha sus peticiones.
ORACION A LA SANGRE DE CRISTO PARA LOS CASOS MÁS DIFICILES
Adorada sangre de Cristo, ante ti vengo con la Fe de mi alma a buscar tu sagrado consuelo, en mi difícil situación no me desampares mi buen JESUS y te suplico que las puertas que se han de abrir en mi camino, sea tu brazo poderoso el que me las abra para darme la tranquilidad que tanto ansío.
(SE PIDEN TRES MILAGROS)
Esta suplica Señor te la hace un corazón angustiado por los duros golpes del cruel destino, que lo han vencido siempre en la lucha humana y si tu poder divino no intercede en mi favor, sucumbiré por falta de ayuda.
Has mi adorada SANGRE DE CRISTO, que pueda alcanzar los milagros que te pido. En agradecimiento daré a conocer esta ORACIÓN, para que los que necesiten de Ti, tengan Fe y confianza en tu misericordia.
Ilumina mi caminar, así como el sol ilumina el amanecer, y que cada día aumente más mi confianza y Fe en Ti. Brazo poderoso y amoroso, asísteme, ampárame y condúceme a la Gloria celestial.
Te agradezco Señor los milagros que reciba.
SE REZA POR 15 DIAS COMENZANDO Y TERMINANDO CON UNA VISITA A LA SANGRE DE CRISTO.